Se requieren 22 árboles para suplir la demanda de oxígeno de una persona al día. 0,41 hectáreas con árboles (1 hectárea equivale a 10.000 metros cuadrados, digamos una manzana urbana) produce suficiente oxígeno al día para 18 personas. ¡Sumate!.


Arbolando es una Fundación con el objetivo puesto en reforestar con árboles y flora nativa espacios públicos o privados. Crear una real conciencia que el cambio es posible y está dentro nuestro. Es volver a crear bosques, es amar, es cuidar nuestro planeta.






Día a día el ser humano deforesta en la Argentina y en muchas partes del mundo sin pensar en las consecuencias que estos desmontes ya están causando a nuestro planeta.
Según datos oficiales actualizados en la Argentina “se han deforestado más de 1.000.000 de hectáreas desde la promulgación de la ley 26.331(Ley de Bosques) debido, fundamentalmente, al avance de la frontera agrícola”.
En Fundación Arbolando nos preocupa mucho esto y pensamos que es hora de devolver a nuestra tierra los árboles que le hemos arrancado. Estamos listos para afrontar este desafío… ¿Nos ayudás?















Especies nativas/autóctonas/indígenas, son aquellas que crecen en el área biogeográfica de donde son originarias. Porque durante miles de años fueron adaptándose a las condiciones cambiantes del suelo de una determinada región geográfica, como así también a las condiciones físicas (temperatura, vientos, regímenes de lluvia ) de la misma región, considerándose así como indígenas las plantas propias de las zonas de origen, independientemente de límites políticos de provincias y países.
Los árboles, en especial los nativos, cumplen un rol fundamental en la naturaleza:
Moderan el clima (cambio climático)
Ofrecen sombra
Protege contra vientos adversos
Contribuye a aumentar la calidad del aire
Funciona como barrera contra polvillos
Aminora ruidos molestos
Hace que la tierra sea más absorbente con menos peligro de inundaciones.
Retiene la capa fértil de la tierra impidiendo la erosión
Alberga fauna silvestre
Evoca el paisaje regional, conectando el origen del ciudadano con el de la vegetación


¡En todos los espacios disponibles! Pueden ser de ámbito público o privado. Necesitamos crear ya un mundo más verde, los árboles, los bosques son una parte primordial en el calentamiento global. Llego la hora de “hacer”…
¿Estás listo?... ¡Sumate y poné las manos en la tierra!


Reforestar ¿para qué?

En nuestra preocupación diaria por la conservación y protección del medio ambiente, observamos cómo se talan miles de árboles en las selvas, en el campo, y hasta en la ciudad, donde existen muy pocos y los que hay, se cortan para dar paso a la civilización. Hacemos aquí un breve llamado hacia la importancia que tienen los árboles, arbustos y especies vegetales en general, para la buena salud de nuestro planeta.

¿Por qué reforestar?

  • Si pensamos que cada árbol o arbusto adulto aporta 9 kg de oxígeno al año y depura 6 kg de dióxido de carbono (que entre todos emitimos a la atmósfera), seremos conscientes de la importancia de estos seres vivos para la vida en el planeta...
  • Si recordamos la sombra y el aire fresco bajo un árbol en un día caluroso...
  • Si fuéramos conscientes de que las lluvias resbalan sobre los empobrecidos y esqueléticos suelos que heredarán nuestros hijos cuando acabemos nuestras faraónicas obras, porque no existen árboles que filtren el preciado líquido...
  • Si apreciáramos que con la presencia de bosques muchas de nuestras enfermedades más comunes se verían reducidas, las plagas serían combatidas de forma natural, los vientos serían algo menos virulentos, muchas personas no deberían abandonar sus modos tradicionales de vida y sus culturas por contar con riquezas naturales de las que vivir...

¿Para qué reforestar?

  • Reducir el preocupante deterioro de la cubierta vegetal que está contribuyendo, amén del propio empobrecimiento del suelo, a un proceso de erosión que acelera el avance de las condiciones esteparias y subdesérticas en nuestras tierras así como a magnificar los problemas de inundaciones.
  • Introducir un sistema de reforestación y recuperación de cubiertas vegetales que, aunque no se lleve a cabo muy a menudo, es el más indicado según la gran mayoría de los especialistas.


En resumen, los objetivos que persigue un plan de reforestación son:

  • Lucha contra la erosión y la desertificación.
  • Protección de ecosistemas y mantenimiento de la biodiversidad.
  • Restauración de ecosistemas degradados.
  • Defensa contra incendios, plagas y enfermedades.
  • Mantenimiento del potencial biológico y productividad del suelo.
  • Utilización racional de los recursos naturales renovables o no renovables.
  • Uso social, recreativo y cultural de los terrenos forestales.
  • A largo plazo, generación de condiciones socioeconómicas que eviten el desarraigo de las comunidades rurales.
  • Diversificación del paisaje rural y del propio entorno urbano.
  • Participación e implicación de colectivos vecinales, asociaciones de diversos ámbitos y personal voluntario.
  • Reforzar la conciencia sobre la problemática medioambiental.

Beneficios de los campos de bosques

  • Aprovechamiento sostenible de maderas, leñas, carbón vegetal, miel, plantas aromáticas, frutos forestales, caza, pesca, pastos para el ganado, resinas, productos para la industria, etc., y el consiguiente aumento de la biodiversidad.
  • La reforestación, la restauración paisajística y la jardinería auctóctonas, en zonas urbanas, luchan contra las plagas que, por miles, son introducidas a diario en nuestras ciudades a través de la jardinería, con plantas alóctonas (no nativas, transportadas de su lugar de origen a otro), virus, bacterias, hongos, otras especies nocivas, insectos y hasta en algunos casos extremos, pequeños reptiles y micromamíferos (en cargamentos de plantas no sometidos a controles).
  • La protección frente a la erosión, la pérdida de fertilidad de suelos, el aterramiento de cultivos, las inundaciones, las industrias y cultivos, los aludes de tierra, etc.
Mejora de la calidad de las aguas, aumento de la cantidad del agua subterránea, incremento de la calidad del aire, mejora del paisaje y de la capacidad educacional y de recreo, que aumentan el

Mil razones para cuidar nuestros árboles

Los árboles son los seres vivos más viejos del planeta. Y también unos de los más útiles, tanto para el hombre como para la propia naturaleza.

Buena parte de las funciones y beneficios que los árboles proporcionan a la humanidad son directos, tangibles y fáciles de medir. Aquí estarían todos los productos materiales que el árbol nos da: múltiples frutos comestibles, madera de distintos tipos, pulpa para hacer papel, mantillo para los bosques, resinas, látex, aceites, carbón vegetal y un sin fin de sustancias y esencias empleadas tanto en la industria farmacéutica como en la de curtiduría, la química o la de perfumería y belleza.

Junto a esta larga lista de productos, hay multitud de beneficios indirectos o servicios ambientales que cumplen los árboles. Estos son difíciles de medir, pesar o cuantificar, pero son cruciales para la vida en el planeta.

Los árboles y el ciclo del agua: los árboles interceptan el agua, la almacenan y ayudan a almacenarla; también nos defienden de la erosión hídrica y de las riadas.

Los árboles y el suelo: los árboles de los bosques son los encargados de formar el mantillo o capa de materia orgánica en descomposición que asegura el reciclaje de gran cantidad nutrientes básicos para la vida.

Los árboles y el clima: los árboles reducen la velocidad del viento, aumentan la humedad relativa del aire, aminoran los efectos de la radiación solar sobre el suelo y disminuyen la temperatura en tiempo caluroso o la aumentan en tiempo frío.

Los árboles y la atmósfera: los árboles actúan de sumidero de dióxido de carbono. Además tienen la facultad de filtrar hasta una tonelada de polvo por año y de mejorar la calidad del aire reduciendo la cantidad de contaminantes atmosféricos.

Los árboles y la fauna: los árboles son para una gran cantidad de animales fuente de alimento o lugar de cría, protección o abrigo. A cambio, los animales silvestres contribuyen a los flujos de energía del ecosistema como parte importante de la cadena de alimentos y diseminan su polen y sus semillas.

Los árboles y nuestra calidad de vida: los árboles contribuyen a hacer nuestra vida y nuestro entorno más bello y agradable. Realzan y llenan de color los paisajes, dan privacidad, reducen la luz intensa y el ruido, son el componente perfecto en los lugares de esparcimiento y de juego, dan frescura a la ciudad, mitigan la contaminación atmosférica, incluso, según diversos estudios, mejoran la salud y el equilibrio psíquico ayudándonos a eliminar el estrés.